Los continuos, y no siempre sucesivos cambios de la capacidad estructural de las Municipalidades y del ámbito de cometido de las instancias del Gobierno central, tienden a enfatizar la representación "normativa", la que adquiere una valoración simbólica tan fuerte que desdibuja y hasta parece anular las otras versiones, como ocurre en el presente, cuando está siendo justificada, en tanto opción de manejo eficiente, por la fragmentación social y los conflictos de la competencia que orquesta el neoliberalismo dominante.