La mayor parte de las intervenciones educativas han insistido en la dimensión cognitiva del proceso que desarrollan. Las hipótesis subyacente es que el conocimiento racional -y por tanto un cambio de conocimiento de sentido común- lleva al sujeto a una acción transformadora.Definido así el problema, la discusión suele centrarse en el conocimiento que el sujeto tiene de sus problemas sin cuestionar la relación que ese conocimiento tiene con lo que se considera real. Se asume que el conocimiento refleja o representa la realidad y un cambio en las interpretaciones permitiría observar en la realidad nuevas relaciones las que estaban ocultas o fuera del saber de sentido común.En este artículo se propone que la dimensión cognitiva de este tipo de experiencia debe situarse al interior de un juego comunicacional mayor y donde el movimiento es más buen el contrario. Esto es, la realidad no existe fuera de lo que conocemos sino que es nuestro propio conocimiento lo que produce lo real. Sin embargo, esta producción no es individual sino que dialógica e interactiva.En este artículo nos proponemos mostrar diferentes modalidades o relaciones que inciden en la producción de interpretaciones de la realidad y que relacionan dialógicamente a técnicos y beneficiarios; educadores y educando: profesionales y clientes en una situación educativa determinada.Se propone, por un lado, que la interacción comunicativa entre estos actores existen negociaciones y transacciones de significados y cursos de acción. Por otro, se sostiene que el cambio que producen estas experiencias de intervención se explica, fundamentalmente, por la relación pedagógica que construyen y no por conocimiento que trasmiten.
Martinic, S. (1997). La construcción dialógica de saberes en contextos de intervención educativa. Revista Chilena De Antropología, (14). Recuperado a partir de https://revistaurbanismo.uchile.cl/index.php/RCA/article/view/17504